El ser humano es diurno por naturaleza. Nuestro organismo está diseñado para mantenerse activo de día y descansar por la noche. Por eso, a diferencia de otros animales, nuestros ojos carecen de una buena visión nocturna, pues han evolucionado para ver bien de día, pero no de noche. Sin embargo, el ingenio y la necesidad han hecho que se hayan creado herramientas de iluminación que han permitido burlar a la oscuridad y disfrutar de una buena visión nocturna.
Este tipo de dispositivos son imprescindibles dentro del equipamiento de cualquier cazador. Pero muchas veces se preguntan si es mejor la visión nocturna o térmica. Lo cierto es que no existe una respuesta válida, pues ambos son complementarios. Ambos ofrecen sus ventajas y sus inconvenientes, por lo que es fundamental conocer las diferencias entre ambos dispositivos.
Para poder escoger el visor que mejor se ajuste a tus necesidades concretas, es recomendable conocer las características de ambos. Pero lo cierto es que las fantásticas cualidades que proporcionan ambos sistemas hacen que la combinación de los dos dispositivos sea la mejor opción para los aficionados a la caza.
A grandes rasgos, podríamos decir que los dispositivos de visión térmica permiten detectar el objetivo, mientras que los dispositivos de visión nocturna ayudan a identificar exactamente el tipo de presa que tenemos delante. Ten en cuenta que ambas capacidades son fundamentales en las jornadas de caza, por lo que el éxito dependerá de contar con el equipo correcto y no de tener uno u otro.
Ventajas y desventajas de la visión nocturna
La visión nocturna se ocupa de crear imágenes gracias a la luz ambiental, esa luz tenue e imperceptible para el ojo humano que aparece al ponerse el sol. Con lo cual, solamente pueden ser usados por la noche. Gracias a ello, podemos obtener imágenes mucho más precisas y detalladas. La luz de las estrellas, la luna y las luces infrarrojas se convierten en nuestras mejores aliadas, ofreciendo la luz que necesita nuestro visor para poder determinar cuál es nuestra presa con mayor facilidad.
La visión nocturna nos permite captar imágenes que no podamos percibir con la luz que emiten los faros con luz visible. Este tipo de dispositivos incorporan un sistema electrónico que multiplica por 15.000 la luz residual del ambiente. Normalmente, suelen contar con una linterna de infrarrojos, consiguiendo un alto rendimiento en condiciones de escasa o nula iluminación.
Este tipo de visores son perfectos para detectar y analizar al animal que tengamos delante, ofreciendo una mayor precisión a una distancia más amplia que los visores térmicos. Pero presentan el inconveniente de que se ven influidos de manera negativa por la niebla y la lluvia.
Ventajas y desventajas de la visión térmica
Los dispositivos de visión térmica aprovechan el calor que desprende el cuerpo del animal para crear una imagen. Pudiendo identificar incluso aquellos cambios de temperatura más leves. Se ocupan de asignar un color diferente a los cambios de temperatura que capta, creando una imagen o una figura.
Los equipos de visión térmica con ideales para ofrecer una magnífica observación a distancias cortas. Con la ventaja de que no se ven afectados por la lluvia, la niebla o las condiciones lumínicas. Y tampoco se ven influidos por la vegetación. No obstante, es esencial que haya contacto visual para que el visor detecte la diferencia térmica del animal.
Este tipo de dispositivos pueden ser usados tanto por el día como por la noche, permitiendo disfrutar de una fantástica experiencia. Gracias a ello, podemos identificar con claridad qué es exactamente lo que estamos viendo en nuestra pantalla.
El principal inconveniente es que siguen sin gestionar correctamente los aumentos, por lo que es bastante frecuente que las imágenes acaban pixeladas. La imagen que ofrecen de la presa no es tan detallada como la que podemos ver gracias a los dispositivos de visión nocturna, ya que no funcionan con el reflejo de la luz, sino con la temperatura.
En resumen, ambas opciones tienen el mismo cometido, ver en plena noche, pero cumpliendo su función de una manera distinta. Entonces, ¿cuál elegir? Como decíamos al principio, para labores de caza y vigilancia, lo ideal es contar con ambos dispositivos, ya que podremos controlar los movimientos de los animales y las personas y, al mismo tiempo, identificar a las presas, dos tareas fundamentales en el las jornadas cinegéticas.
Eso sí, si cuentas con un presupuesto ajustado, te recomendamos que elijas un visor térmico más económico y un dispositivo de visión nocturna de alta calidad no inferior a la tercera categoría. Con este kit, podrás disfrutar de un auténtico superpoder para ver en la oscuridad.