Hay muchos cazadores que no cuentan con un coto de caza habitual al que suelan ir para practicar su afición. Pero también puede ocurrir que el coto del que son socios desde hace tiempo ya no le da tantas alegrías o que simplemente estén buscando nuevos retos.
En la actualidad, hay cotos intensivos en los que puede practicarse la caza todo el año y cotos muy conocidos por su calidad y por la cantidad de piezas, pero la mayor parte de las ofertas son cotos no tan famosos y hay determinadas cuestiones que debemos valorar antes de realizar nuestra elección.
Es cierto que no existe el coto de caza perfecto, por lo que no podemos determinar que haya un método infalible que sirva para diferenciar si un coto es bueno o malo. Sin embargo, desde Conpactum, queremos darte algunos consejos sobre cómo elegir un coto de caza y los aspectos que debes tener en cuenta para tener más posibilidades de acertar y disfrutar de una buena experiencia.
Tabla de Contenidos
¿Qué tener en cuenta para elegir un coto de caza?
1. Preguntar a los lugareños
La información es un valor clave. Si preguntamos en la zona, podremos conocer con mayor certeza cómo es un coto en concreto. Especialmente a los ganaderos y agricultores, que son los que pasan más horas en el campo y saben mejor cuáles son las especies que pueden encontrarse en la zona, su número y cómo han ido evolucionando las poblaciones de animales en los últimos años. Pero también es buena idea hablar con agentes de medio ambiente para que puedan indicarnos si el coto tiene algún problema.
3. Visitar el coto
Podemos pedir permiso a los propietarios para visitar el coto de caza. De esta forma, podremos conocer muchos detalles del mismo. Es cierto que no es sencillo ver in situ a los animales, pero es posible que podamos ver el rastro que van dejando, como huellas de conejos u hozaduras de jabalíes. Además, podremos fijarnos en el cuidado del acotado, observar si hay comederos y bebederos, comprobar el estado en el que se encuentran y realizar una valoración global del terreno.
3. Valorar el precio
Es uno de los aspectos más importantes. Lo más habitual es buscar una tarjeta, es decir, unas acciones del coto y compartirlo con otros socios. Pero si se quieren poseer los derechos de aprovechamiento en exclusiva, el precio será más elevado. No obstante, también existe la posibilidad de pagar únicamente por ciertas modalidades o por un precinto, por ejemplo.
Los precios más asequibles empiezan desde los 300 euros al año para bolsillos con un presupuesto más ajustado. Pero también hay precintos muy económicos que garantizan bonitas jornadas de rececho. En el caso de que tengas un presupuesto más holgado, podrás aspirar a cotos con mayor densidad de trofeos. Eso sí, siempre es conveniente comparar el precio ofertado con el de otros cotos.
4. Echar un vistazo al Plan Técnico de Caza
El Plan Técnico de Caza es fundamental para determinar la calidad del coto. Se trata del documento que regula la gestión y el aprovechamiento cinegético de un terreno en concreto. Su objetivo principal es el de lograr un uso racional de la actividad para obtener el mayor beneficio posible de ella pero sin poner en peligro a las poblaciones silvestres y especies de la zona. En él podemos consultar los tipos de caza que se incluyen, la cantidad de cazadores autorizados, las capturas previstas para los años siguientes y los cupos por cazador y día.
5. La zona de caza
Cada persona cuenta con unas circunstancias y unas capacidades físicas distintas, por lo que es conveniente valorar la climatología y el relieve del terreno para evitar situaciones de riesgo. Un factor que solamente puede valorar el propio cazador. Pudiendo decantarse por recechos de montaña o de llanura en función de su experiencia y condición física.
6. Modalidad cinegética
También es fundamental valorar el tipo de caza que queremos practicar. Hay quien disfruta de las largas caminatas y cazar en rececho con acercamientos complejos. Mientras que habrá quienes prefieran observar de forma estática y realizar disparos a largas distancias cazando a la espera.
6. Mejor temporada
Aunque puede variar en función del año, lo cierto es que podemos saber cómo será la temporada entre finales de invierno y principios de primavera. Entre febrero y marzo brotan las primeras plantas y hierbas de las que se alimentan los animales. Por eso, después de varios días de mal tiempo, fríos y lluviosos, cuando el sol vuelve a salir, es el momento ideal para avistar la mayor cantidad de ejemplares en un coto.