¿Sabías que el 70% de las armas pequeñas que usamos en Europa para la caza y las competiciones deportivas se fabrican en A Gardone Val Trompia? No en una gran ciudad, sino en un pequeño pueblo de montaña de aproximadamente 10.000 habitantes que se ubica entre los Alpes italianos, donde no llega ni el tren. Conocido en todo el mundo por el sector armamentístico que ha imperado en este pueblo durante varios siglos.
Los etruscos ya descubrieron que las montañas de la zona eran perfectas para la extracción del hierro que necesitaban para fabricar sus lanzas. Se dice que el genio Leonardo da Vinci ya fue a estudiar en la zona y que las misteriosas aguas que aparecen detrás de la Mona Lisa son las del cercano lago de Iseo. Además, todavía se conservan los túneles en los que Mussolini instaló sus talleres de munición. Más de 6.000 armeros que se reparten por todo el valle y que han fabricado infinidad de armas para numerosas producciones de Hollywood, como «El Renacido«, «Piratas del Caribe» o «El último Mohicano».
Y entre todos los fabricantes de la zona, destaca la fábrica Beretta, fundada en 1526 por Bartolomeo Beretta, la auténtica joya de la corona y la fábrica de armas más antigua del mundo que actualmente sigue en activo. Cuando escuchamos el nombre de Beretta, los cazadores solemos pensar rápidamente en las escopetas semiautomáticas. Sin embargo, debes saber que Beretta fabrica alrededor de 1.500 armas por día, abarcando caso toda la gama de armas portátiles: pistolas semi-automáticas, revólveres, escopetas, rifles, carabinas, fusiles de asalto, subfusiles, lanzadores y pistolas automáticas.
Una fábrica que, aunque se siente orgullosa de continuar con la tradición, no se mantiene ajena a los nuevos tiempos y se adapta para ofrecer siempre lo mejor. Solamente en tareas de investigación y desarrollo de producto, la marca cuenta con una plantilla de 60 personas y sus inversiones en maquinaria son de entre 20 y 30 millones de euros al año, usando la tecnologías más modernas y no teniendo en sus fábricas máquinas de más de 20 años.
Además, desde que fue fundada hace 500 años no ha dejado de comprar empresas y de introducirse en nuevos sectores, contando con cuatro empresas en Italia, once en el resto de Europa, ocho en Estados Unidos y cinco en el resto del mundo, alcanzando una facturación global de aproximadamente 700 millones de euros al año. Cifras que nos dan una idea de la dimensión empresarial de Beretta y del tamaño e importancia que tiene en la actualidad el holding que ha creado.
Ellos fueron los que abastecieron los arsenales de Napoleón cuando invadió Venecia en 1797, los que proveyeron al Imperio Austro-Húngaro en muchas guerras europeas. Además, produjeron su primera pistola en la I Guerra Mundial y en 1934 diseñaron una segunda pistola para las fuerzas de Benito Mussolini, convirtiéndose en una de las armas más populares del conflicto. Tal fue su éxito que la fábrica incluso consiguió que sus trabajadores quedaran liberados de hacer el servicio militar, llegando en esta época a acoger a más de 3.000 trabajadores entre sus muros. Además, cabe destacar que los alemanes nazis tomaron la fábrica durante la II Guerra Mundial y siguieron fabricando armas hasta su rendición en Italia en 1945.
En 1985 la pistola semiautomática 92 se convierte en la oficial del ejército de Estados Unidos. Desde entonces, se han fabricado más de 4 millones de piezas, siendo la pistola más reproducida de la historia. Para poder satisfacer la demanda de este país, en los años setenta, Beretta instaló una fábrica en Maryland, que en 2016 sería trasladada a Tennessee. En la actualidad, se encuentra trabajando para proveer de un ultrafusil inteligente al ejército de los Estados Unidos. Además, “Gendarmerie Nationale” y “L’Armée de l’Air” también han optado por soluciones similares.
El último acuerdo llevado a cabo fue un acuerdo de cooperación firmado por el Ministro de Seguridad Julio Martínez en el año 2016 que ha permitido que Beretta empiece a producir y a fabricar armas en Argentina. Desde entonces, la empresa produce dos armas bajo su licencia en las instalaciones de Fabricaciones Militares, según indicó en un comunicado el Ministerio de Defensa. En palabras de Martínez: «Este es un paso importante para la industria argentina. Estamos analizando estas propuestas que benefician al país y nos permiten volver a producir en Fabricaciones Militares una serie de insumos esenciales para nuestra defensa».
Desde 1925, la fábrica se encuentra en un gran palacio de piedra en el que 900 trabajadores fabrican sus armas desde Italia, pero la empresa cuenta con varias sucursales repartidas también por otros países del mundo, donde se emplea a más de 2.000 trabajadores. Eso sí, en ningún momento se plantean ni vender ni mover la producción a otro lugar, ya que su mayor activo es la gente del valle y eso no se puede mover.
Entre el 80% y el 90% de los trabajadores son italianos locales, casi todos hombres. Trabajadores que fabrican las famosas escopetas Beretta que han atraído a conocidos cazadores de todo el mundo. Por ejemplo, el emérito rey Juan Carlos, visitó la fábrica a principios de los 2000. Por otro lado, el rey Faruq de Egipto quedó tan enamorado de la exposición que la convirtió en una colección privada de 1.500 armas y se llevó a un trabajador de Beretta para hacerlo su maestro de armas. Y recientemente regalaron al hijo mayor de Donald Trump una edición especial de su fusil para conmemorar la segunda enmienda de la Constitución. Pero entre sus clientes también se encuentran George Bush hijo, Vladimir Putin y Dimitri Medvédev.
De toda la fábrica, el sitio que más llama la atención es el lugar en el que se diseñan y fabrican los fusiles personalizados, que pueden llegar a alcanzar los 1000.000 euros. Aquellos clientes que pueden permitírselo buscan armas a su gusto y Beretta lo hace realidad. Todo se hace a mano. Incluso las maletas de piel en las que se guarda el fusil.
Las armas más exclusivas y caras pasan además por el departamento de grabado, donde multitud de trabajadores se ocupan de grabar los rifles Beretta con diseños personalizados. Un trabajo que requiere nada menos que de 500 horas. Por eso, es necesario esperar aproximadamente un año desde que se hace el encargo hasta que el cliente puede tener el arma entre sus manos. Con unos pequeños instrumentos y una gran dosis de paciencia se decidan a dibujar grabados de animales, de flores o el propio retrato del cazador, jugando con la profundidad de los trazos. Un producto único que dura toda la vida.
Cada arma se diseña como un traje a medida y proporciona el mejor ajuste desde el punto de vista tanto ergonómico como de estética. La máxima expresión de que hace que cada producto de Beretta sea único. El resultado de cinco siglos de tradición que se combinan con la tecnología más avanzada. Por eso, no es extraño que las pistolas Beretta hayan equipado a una gran cantidad de cuerpos de fuerzas especiales, departamentos de policía y fuerzas armadas de todo el planeta.